Controlar el reflujo gástrico es posible. Descubre qué es, sus causas, síntomas y cómo evitarlo con estos consejos. ¡Disfruta de una vida sin molestias!
Todos conocemos a alguien que no tuvo una muy agradable experiencia con el reflujo estomacal y, siendo honesta, lo que menos quiero el día de mañana es estar batallando con este mentado padecimiento, ¿verdad? ¿Piensas igual que yo?
Hoy te contaré sobre qué es el dichoso reflujo, cómo puedes prevenirlo y, si ya te cayó la maldición del reflujo, aprendas a controlarlo para que pases más horas de tu día disfrutando y no sufriendo por esta maldición.
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¿Qué es el reflujo gástrico?
Primero lo primero, muchos escuchamos -y otros lo vivimos- este término médico, pero ¿realmente sabes qué es? No nos pondremos muy técnicos y para que todos podamos entenderlo, vamos a decir que el estómago envía de regreso los jugos gástricos. Sí, en lugar de que bajen, suben… ¡Ouch!, ¿verdad?
El reflujo no es un tema en el que la única condición sea la edad, de hecho, hasta los bebés pueden presentar reflujo, sin embargo, tampoco podemos negar que, entre otras cosas, las personas mayores producen menos saliva y esto también puede prolongar o gravar este malestar.
Pero no te desanimes, ahorita mismo te diré qué puedes hacer para evitarlo, prevenirlo o controlarlo, pero antes…
Las causas de reflujo son:
Como tal no hay una razón específica, más bien, son varias las que pueden desarrollarlo en las personas.
Aquí te dejo algunas y me dices si te pasa o no:
- No comer bien. Este podría ser de los más importantes. Si comes mucho alimento graso, frito, picoso, cítrico o tomas mucho café, refrescos y bebidas alcohólicas, lamento decirte que las probabilidades aumentarán
- Unos kilitos de más. Muy de la mano con el punto anterior, si tenemos sobrepeso, este puede empujar nuestro abdomen y el estómago, lo que se convertirá en un mayor riesgo de padecer reflujo.
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- Tu postura. Una simple postura lo cambia todo. Si al terminar de comer te acuestas o te acomodas en una posición inclinada, aumentará muchísimo la probabilidad de que aparezca el reflujo
- Un cigarrito. Fumar relaja el esfínter esofágico y reduce la producción de saliva y, como consecuencia, puede aparecer el reflujo gástrico
- Ropa ajustada. La ropa muy apretada generará presión en nuestro abdomen, estómago y en el esfínter esofágico, lo que también puede causarlo
Dejando a un lado padecimientos más específicos, muchas de las cosas o costumbres que tenemos, puede aumentar la posibilidad de que aparezca el reflujo. Si consideramos las que te compartí anteriormente, en un solo días podemos caer o hacer todas.
¿Cuáles de estas costumbres evitarás de ahora en adelante?
El reflujo gástrico se presenta así
Bueno, mucha causa, mucha explicación, pero ¿cuáles son los síntomas que se presentan? ¿A qué debo estar alerta?
Los síntomas del reflujo:
- Mal aliento
- Náuseas o vómitos
- Dificultad para tragar
- Sabor ácido o amargo
- Tos crónica o voz ronca
- Ardor entre el abdomen y el pecho
- Sensación de tener algo atorado en la garganta
- Regurgitación (en otras palabras, que lo que comimos o el jugo gástrico, sube y baja entre la garganta y la boca)
¡MUCHO OJO! No solo por presentar uno o dos de estos, quiere decir que tengas reflujo. Lo que sí es importante, es que para diagnosticarlo y tratarlo, debes acudir a tu médico. Solo ella o él, podrán identificar si es y qué tratamiento debes llevar. No te recomiendo, para nada, automedicarse.
¿Qué puedo hacer para prevenir el reflujo?
¡Ahora sí, vienen las recomendaciones!
Te compartiré qué debes hacer para evitar el reflujo en tu día a día, síguelas al pie de la letra:
- Evita ingerir alimentos 3 o 4 horas antes de acostarte
- Come más veces al día, pero en cantidades pequeñas
- No te acuestes después de comer, espera 1 o 2 horas para hacerlo
- Al terminar de comer, no hagas ejercicio, deja que tu cuerpo haga digestión
- Evita alimentos que sean muy calientes o muy fríos, ya que pueden ser irritantes
Te dejo este video en el que, la nutrióloga Bett, te cuenta sobre el reflujo
Por último, y no menos importante, algunos de los alimentos que consumimos diariamente pueden no ser tan buenos y causarnos este malestar, por ejemplo: frutas cítricas, chocolate, café, refrescos, tomates, grasas, ajo, menta, albahaca, cebolla o nuez.
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Nos leemos hasta la próxima.
Cuídate.
Tu amiga,
Paty